PARALIZAN PUERTOS Y AEROPUERTOS
11 de agosto de 2012
-Ana González-
*El Universal*
La huelga de empleados públicos en Brasil, que afecta al comercio y actividad de puertos y aeropuertos, se intensificará la próxima semana para presionar al gobierno por un ajuste de salarios.
“La huelga se intensificará. Los trabajadores se movilizarán y acamparán en la explanada de
Los ministerios para buscar una definición a este problema”, dijo a la AFP
Los funcionarios de más de 20 ministerios y organismos federales, incluida la Policía Federal, paralizaron sus actividades para exigir un aumento salarial que varía dependiendo el sector. En el caso de los profesores universitarios la huelga completa casi tres meses.
El gobierno de Dilma Rousseff ofreció incrementos que están por debajo de la expectativa de los sindicatos alegando el impacto de la crisis económica, y acudió a la justicia para exigir el regreso de los empleados a sus puestos de trabajo o a remplazar a algunos de ellos con funcionarios municipales.
La protesta cobró fuerza con la adhesión de controladores aduaneros y de la Policía Federal, causando retrasos en los trámites de importación, expedición de pasaportes y actividad en general de puertos y aeropuertos.
“La semana que viene es decisiva para el futuro de la huelga. Los empleados quieren volver al trabajo y sólo esperan que el gobierno realice una propuesta satisfactoria”, señaló una de las principales centrales
Unos 580,000 empleados forman parte del servicio público federal. Los sindicatos calculan que cerca de 350,000 empleados están en huelga, aunque el gobierno estima una cifra mucho menor.
“La huelga se intensificará. Los trabajadores se movilizarán y acamparán en la explanada de
Los ministerios para buscar una definición a este problema”, dijo a la AFP
Los funcionarios de más de 20 ministerios y organismos federales, incluida la Policía Federal, paralizaron sus actividades para exigir un aumento salarial que varía dependiendo el sector. En el caso de los profesores universitarios la huelga completa casi tres meses.
El gobierno de Dilma Rousseff ofreció incrementos que están por debajo de la expectativa de los sindicatos alegando el impacto de la crisis económica, y acudió a la justicia para exigir el regreso de los empleados a sus puestos de trabajo o a remplazar a algunos de ellos con funcionarios municipales.
La protesta cobró fuerza con la adhesión de controladores aduaneros y de la Policía Federal, causando retrasos en los trámites de importación, expedición de pasaportes y actividad en general de puertos y aeropuertos.
“La semana que viene es decisiva para el futuro de la huelga. Los empleados quieren volver al trabajo y sólo esperan que el gobierno realice una propuesta satisfactoria”, señaló una de las principales centrales
Unos 580,000 empleados forman parte del servicio público federal. Los sindicatos calculan que cerca de 350,000 empleados están en huelga, aunque el gobierno estima una cifra mucho menor.

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