Exigen aumentos de salarios
13 de agosto del 2012
-Ana González-
La presidenta Dilma Rousseff se enfrenta a una ola de huelgas de los empleados públicos que prometen profundizarse (Foto: Archivo//Ed Ferreira/Xinhua)
Río de Janeiro, Brasil.- Con la economía en plena desaceleración por la crisis mundial, el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff se enfrenta a una ola de huelgas de los empleados públicos que prometen profundizarse y paralizar el país si sus reclamos salariales no son atendidos.
“La falta de negociación generó un descontento generalizado de los servidores públicos, quienes desde hace décadas han estado sometidos a una política de desvalorización y de apriete salarial”, señalaron en una nota conjunta de apoyo a los huelguistas las cinco principales centrales sindicales del país: la Central Única de los Trabajadores, Fuerza Sindical, Unión General de los Trabajadores, Nueva Central Sindical y la Central de los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil.
Los problemas comenzaron en mayo, cuando profesores y empleados de las universidades e institutos técnicos federales decretaron un paro de actividades que continúa hasta hoy.
Demandan aumentos de entre el 30 y el 50 por ciento. A estas causas se incluyeron empleados de las áreas de Salud, Previsión Social y Trabajo, funcionarios del Poder Ejecutivo y trabajadores de las principales agencias reguladoras, entre ellos los de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, lo que provocó serios trastornos en la importación y exportación de alimentos y medicamentos.
A diferencia de la tradición que siempre mantuvo el Gobierno del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva –él mismo ex líder sindical metalúrgico y fundador del izquierdista Partido de los Trabajadores–, Rousseff, su sucesora y ahijada política, no cedió ante los reclamos; todo lo contrario. Emitió un decreto que autoriza a que los trabajadores en huelga sean sustituidos por empleados estatales o municipales e interpuso demandas judiciales.
La semana pasada, se unieron a la huelga empleados de la Policía Federal y de la Policía Caminera, que paralizaron los aeropuertos y en la emisión de pasaportes. Aunque también se espera que se agreguen empleados judiciales
Esto es lo que dijeron “Repudiamos toda las formas de autoritarismo en el trato con reivindicaciones legítimas de los trabajadores”, criticaron las centrales sindicales a la mandataria además exhortaron al gobierno para llegar a un acuerdo.
fuente: periódico reforma
Río de Janeiro, Brasil.- Con la economía en plena desaceleración por la crisis mundial, el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff se enfrenta a una ola de huelgas de los empleados públicos que prometen profundizarse y paralizar el país si sus reclamos salariales no son atendidos.
“La falta de negociación generó un descontento generalizado de los servidores públicos, quienes desde hace décadas han estado sometidos a una política de desvalorización y de apriete salarial”, señalaron en una nota conjunta de apoyo a los huelguistas las cinco principales centrales sindicales del país: la Central Única de los Trabajadores, Fuerza Sindical, Unión General de los Trabajadores, Nueva Central Sindical y la Central de los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil.
Los problemas comenzaron en mayo, cuando profesores y empleados de las universidades e institutos técnicos federales decretaron un paro de actividades que continúa hasta hoy.
Demandan aumentos de entre el 30 y el 50 por ciento. A estas causas se incluyeron empleados de las áreas de Salud, Previsión Social y Trabajo, funcionarios del Poder Ejecutivo y trabajadores de las principales agencias reguladoras, entre ellos los de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, lo que provocó serios trastornos en la importación y exportación de alimentos y medicamentos.
A diferencia de la tradición que siempre mantuvo el Gobierno del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva –él mismo ex líder sindical metalúrgico y fundador del izquierdista Partido de los Trabajadores–, Rousseff, su sucesora y ahijada política, no cedió ante los reclamos; todo lo contrario. Emitió un decreto que autoriza a que los trabajadores en huelga sean sustituidos por empleados estatales o municipales e interpuso demandas judiciales.
La semana pasada, se unieron a la huelga empleados de la Policía Federal y de la Policía Caminera, que paralizaron los aeropuertos y en la emisión de pasaportes. Aunque también se espera que se agreguen empleados judiciales
Esto es lo que dijeron “Repudiamos toda las formas de autoritarismo en el trato con reivindicaciones legítimas de los trabajadores”, criticaron las centrales sindicales a la mandataria además exhortaron al gobierno para llegar a un acuerdo.
fuente: periódico reforma

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